Una relación de pareja duradera conlleva inevitablemente una
amortiguación natural de las pasiones típicas de la primera fase del
enamoramiento. Hay parejas que se encuentran con el problema de no saber
asumir este proceso, que lo viven con desilusión y frustración. La
psicóloga Beatriz Vera, en su libro “Diccionario de la felicidad”, cita
cuatro puntos clave que toda relación de pareja que pretenda ser
duradera ha de cuidar:
La confianza. En la pareja hay que crear una base sólida a partir de la confianza, la lealtad y el respeto mutuo.
El cariño. Hay que cultivar el afecto y la ternura, con generosas muestras de sensibilidad y cariño, a ser posible diariamente.
El compañerismo. Conviene reforzar el compromiso y la colaboración entre ambos miembros de la pareja. Establecer momentos para pasar juntos realizando distintas actividades y hobbies. Crear redes de amistades compartidas con las que ambos estén a gusto.
La comunicación. La empatía, que facilita la comunicación de los sentimientos, es muy importante. Hay que hablar con generosidad, no quedarse callado. También hay que saber escuchar y mostrar comprensión con nuestro compañero/a.
Como ya he comentado en este blog muchas veces, la felicidad solo se consigue si ponemos esfuerzo en conseguirla en vez de dejarnos llevar por la inercia de la pasividad; en todo caso es un esfuerzo que bien vale la pena hacer.
Referencia bibliográfica:
Vera, B. (2010) Diccionario de la felicidad. Barcelona: RBA Libros
La confianza. En la pareja hay que crear una base sólida a partir de la confianza, la lealtad y el respeto mutuo.
El cariño. Hay que cultivar el afecto y la ternura, con generosas muestras de sensibilidad y cariño, a ser posible diariamente.
El compañerismo. Conviene reforzar el compromiso y la colaboración entre ambos miembros de la pareja. Establecer momentos para pasar juntos realizando distintas actividades y hobbies. Crear redes de amistades compartidas con las que ambos estén a gusto.
La comunicación. La empatía, que facilita la comunicación de los sentimientos, es muy importante. Hay que hablar con generosidad, no quedarse callado. También hay que saber escuchar y mostrar comprensión con nuestro compañero/a.
Como ya he comentado en este blog muchas veces, la felicidad solo se consigue si ponemos esfuerzo en conseguirla en vez de dejarnos llevar por la inercia de la pasividad; en todo caso es un esfuerzo que bien vale la pena hacer.
Referencia bibliográfica:
Vera, B. (2010) Diccionario de la felicidad. Barcelona: RBA Libros
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