Desde hace años se está comprobando, cada vez con más estudios científicos, que el sentido del humor y la risa pueden beneficiar la salud, tanto físicamente como psíquicamente. Parece cierto que el buen humor actúa como una válvula de escape y de seguridad en nuestro psiquismo. Nos libera de tensiones, neutraliza las preocupaciones, nos relaja y nos permite olvidar temporalmente los problemas.
Quizás el sentido del humor y la risa pueden ser una puerta más fácil que otras para comenzar a desarrollar las emociones positivas. Un psicoterapeuta no debería minusvalorar el efecto curativo que puede tener la risa. Hasta hace poco se ha banalizado esta propiedad terapéutica de la risa, considerándola incluso algo superficial. Hay que superar prejuicios y valorar todo lo positivo que puede aportar la risoterapia.
El sentido del humor no es algo simple, al contrario, es un proceso emocional-cognitivo de gran complejidad. Implica tener una actitud lúdica y optimista en la vida, que facilita el ver los problemas con otro prisma más positivo y mantener unas expectativas constructivas cara al futuro. Hay personas con más aptitud que otras respecto al sentido del humor, pero en algún grado todos podemos aprender a desarrollar este muy sano rasgo de la personalidad.
Es conveniente diferenciar entre el humor positivo y el humor agresivo. No todo el humor es beneficioso, aquel que es hostil, que busca la burla, el sarcasmo, el insulto, etc. no es beneficioso, perjudica tanto a la misma persona que lo hace como a los demás. Nuestras actitudes, pensamientos, acciones y palabras son un reflejo de como nos vemos a nosotros mismos. El “humor” hostil y negativista es síntoma de una baja autoestima por parte de quien lo ejercita. No solo muestra una muy baja autoestima, sino también una muy escasa empatía y asertividad. Las personas hostiles, ya sea de acción o de palabra, son individuos que no saben defender apropiadamente y con dignidad sus derechos y tratan de escapar de esta minusvalía agrediendo a los demás.
En cambio, el estilo humorístico positivo y creativo, con crítica constructiva, encaminado a hacer ver las contradicciones del mundo que nos rodea y a facilitar la risa mostrando situaciones casi inverosímiles, es un tipo de humor sano que consigue generar beneficios psicológicos, que además de mejorar la salud mental también refuerza las relaciones interpersonales y sociales. Las personas de humor positivo, constructivo, a veces irónico e incisivo, pero dialogantes y conciliadoras, son transmisoras de energía positiva.
Quizás el sentido del humor y la risa pueden ser una puerta más fácil que otras para comenzar a desarrollar las emociones positivas. Un psicoterapeuta no debería minusvalorar el efecto curativo que puede tener la risa. Hasta hace poco se ha banalizado esta propiedad terapéutica de la risa, considerándola incluso algo superficial. Hay que superar prejuicios y valorar todo lo positivo que puede aportar la risoterapia.
El sentido del humor no es algo simple, al contrario, es un proceso emocional-cognitivo de gran complejidad. Implica tener una actitud lúdica y optimista en la vida, que facilita el ver los problemas con otro prisma más positivo y mantener unas expectativas constructivas cara al futuro. Hay personas con más aptitud que otras respecto al sentido del humor, pero en algún grado todos podemos aprender a desarrollar este muy sano rasgo de la personalidad.
Es conveniente diferenciar entre el humor positivo y el humor agresivo. No todo el humor es beneficioso, aquel que es hostil, que busca la burla, el sarcasmo, el insulto, etc. no es beneficioso, perjudica tanto a la misma persona que lo hace como a los demás. Nuestras actitudes, pensamientos, acciones y palabras son un reflejo de como nos vemos a nosotros mismos. El “humor” hostil y negativista es síntoma de una baja autoestima por parte de quien lo ejercita. No solo muestra una muy baja autoestima, sino también una muy escasa empatía y asertividad. Las personas hostiles, ya sea de acción o de palabra, son individuos que no saben defender apropiadamente y con dignidad sus derechos y tratan de escapar de esta minusvalía agrediendo a los demás.
En cambio, el estilo humorístico positivo y creativo, con crítica constructiva, encaminado a hacer ver las contradicciones del mundo que nos rodea y a facilitar la risa mostrando situaciones casi inverosímiles, es un tipo de humor sano que consigue generar beneficios psicológicos, que además de mejorar la salud mental también refuerza las relaciones interpersonales y sociales. Las personas de humor positivo, constructivo, a veces irónico e incisivo, pero dialogantes y conciliadoras, son transmisoras de energía positiva.
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