La Well-Being Therapy se basa en considerar que el bienestar psicológico
no es equivalente a la ausencia de sintomatología. Es decir, la
superación del malestar no comporta automáticamente conseguir el
bienestar.
Decía en el anterior post que la Terapia del bienestar es una estrategia psicoterapéutica breve de 8 sesiones de entre 30 y 50 minutos cada una. Sigue el modelo cognitivo de Ryff sobre el bienestar psicológico.
En las sesiones iniciales (las dos primeras) se trata que el paciente identifique los episodios de bienestar que pueda vivir durante el día y que los ubique en un contexto situacional. No importa si son episodios de duración breve. Para ello se usa el registro en un diario estructurado, en el que se puntúan de 0 a 100 los episodios de bienestar vividos.
En las sesiones intermedias (una vez el paciente ha registrado y reconocido sus episodios de bienestar) se trabaja para que identifique los pensamientos y creencias negativas que provocan la interrupción prematura de estos episodios de bienestar. Se buscan pensamientos irracionales, como hace la Terapia Racional-Emotiva de Ellis y Becker, o la Terapia cognitiva de pensamientos negativos de Beck. Sin embargo el enfoque de la Terapia de Bienestar es distinto, ya que se centra en el bienestar en lugar de en el malestar.
En las sesiones finales (cuando el terapeuta ya dispone del registro diario y de las auto-observaciones del paciente) se concretan cuales son los problemas específicos. Se discuten con el paciente los errores de pensamiento y las interpretaciones alternativas de enfoque positivo. Se puede ampliar la comprensión de la situación mediante la escala de bienestar psicológico de Ryff, un inventario de 84 ítems que categoriza seis dimensiones de bienestar psicológico.
Decía en el anterior post que la Terapia del bienestar es una estrategia psicoterapéutica breve de 8 sesiones de entre 30 y 50 minutos cada una. Sigue el modelo cognitivo de Ryff sobre el bienestar psicológico.
En las sesiones iniciales (las dos primeras) se trata que el paciente identifique los episodios de bienestar que pueda vivir durante el día y que los ubique en un contexto situacional. No importa si son episodios de duración breve. Para ello se usa el registro en un diario estructurado, en el que se puntúan de 0 a 100 los episodios de bienestar vividos.
En las sesiones intermedias (una vez el paciente ha registrado y reconocido sus episodios de bienestar) se trabaja para que identifique los pensamientos y creencias negativas que provocan la interrupción prematura de estos episodios de bienestar. Se buscan pensamientos irracionales, como hace la Terapia Racional-Emotiva de Ellis y Becker, o la Terapia cognitiva de pensamientos negativos de Beck. Sin embargo el enfoque de la Terapia de Bienestar es distinto, ya que se centra en el bienestar en lugar de en el malestar.
En las sesiones finales (cuando el terapeuta ya dispone del registro diario y de las auto-observaciones del paciente) se concretan cuales son los problemas específicos. Se discuten con el paciente los errores de pensamiento y las interpretaciones alternativas de enfoque positivo. Se puede ampliar la comprensión de la situación mediante la escala de bienestar psicológico de Ryff, un inventario de 84 ítems que categoriza seis dimensiones de bienestar psicológico.
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